VIAJE A VENECIA

Desde que volvimos de Venecia no he vuelto a escribir. No porque no hayan pasado cosas, es que tenía que estudiar. Un scherzo. Hablando en serio, lo genérico del título de esta entrada se debe a que aprovecharé para contar varios acontecimientos recientes, y sobre todo, para reflexionar sobre qué hacemos aquí y el por qué de nuestra rutina. VENECIA El viaje a Venecia es sin duda el más extraño y original de todos los que hemos hecho hasta ahora. 3. ¿por qué? alguién lo duda. Las laberínticas calles de la ciudad, el frio, los canales y el alchohol. Una fusión explosiva que enloqueció las mentes de más de alguno. Si tuviera que resumir esta experiencia en pocas palabras, escribiría: "Un coche en llamas nos detiene en medio de la Autopista. Botellón. La décima planta de un Parking en el centro. Botellón y destrucción. La oscuridad de los canales. ¡Hombre al agua! Vámonos de fiesta a alguna disco. Yonkis infames. Vámonos de fiesta a Padova. Las Hadas y la Queen. Y si nos bañamos en el Camping. Sangre. Los que lo hayais vivido, habreis entendido todo lo que acabo de decir. Los que no, os lo explico. El jodido Breakind Bad, en qué momento corrió por la autopista con una botella de ron en la mano. El del coche que estaba detrás, flipando. El del camión del otro carril, despollado de la risa. Sí, hubo retenciones en la autopista por un accidente de tráfico y nosotros aprovechamos para hacer botellón. Tan solo fuern 10 o 15 minutos, pero qué coño, somos héroes, si nos dan un respiro, respiraremos Whisky, Ron, o Vodka. Cuando llegamos a Venecia, conseguimos aparcar en un parking en la Piazza di Roma, justo antes del comienzo de los canales. La magia que invade la ciudad de Venecia por la noche, su escasa pero acertada iluminación, sus pequeños negocios, sus calles estrechas, la piazza de San Marco... todo gustó y maravilló a los héroes teramanos. Pero lo que por la tarde noche fue disfrute, se convirtió en estrés, agobio, miedo, llantos... para otros.